Perdí mis llaves otra vez,
alguien de adentro ábrame
que siento pasos detrás de mi, no se porque.
Acaso hicimos algo mal, tratando de romantizar, nuestras ideas y caídas al andar?
Hay tantas cosas que podría escribir,
para que? si a nadie le interesara saber...
Somos las voces que nunca se
callan,
somos el fuego que nunca se
apaga,
y hoy brindaremos mientras
arde la ciudad.
Somos el sueño de ese verano,
somos el eterno recuento de daños,
y hoy brindaremos mientras
arde la ciudad.
Y con chamarras de lealtad,
borrachos de sinceridad,
la noche y estas calles, se, nos cuidaran.
Ignoro cual fue la intención,
vandalizar mi corazón,
pero esos tres acordes son mi salvación.
Hay tantas cosas que podría decir,
para que? si a nadie le interesara saber...
Somos las voces que nunca se
callan,
somos el fuego que nunca se
apaga,
y hoy brindaremos mientras
arde la ciudad.
Somos el sueño de ese verano,
somos el eterno recuento de daños,
y hoy brindaremos mientras
arde la ciudad.
Brindaremos mientras
arde la ciudad.
Heeey!
Somos las voces que nunca se
callan,
somos el fuego que nunca se
apaga,
y hoy brindaremos mientras
arde la ciudad.
Somos el sueño de ese verano,
somos el eterno recuento de daños,
y hoy brindaremos mientras
arde la ciudad.
Brindaremos mientras
arde la ciudad.
Brindaremos mientras
arde la ciudad.
Y hoy cantaremos y nadie nos callara.
(Gracias a Lucero Acosta por esta letra)