Estar así no es la mejor forma de estar,
del porvenir ya no me quiero ni acordar.
Por una vez que me arriesgué a confiar,
me di de bruces con la cruda, sucia y fea realidad.
No es fácil de olvidar,
Dios odia a los cobardes.
Y es duro recordar,
Dios odia a los cobardes.
Y siempre ha sido así,
siempre hasta el final.
Seguir así al corazón le sienta mal,
y el cielo gris tiene un matiz de soledad.
Pensé en volver, como quien piensa en regresar,
y di de bruces con la cruda, sucia y fea realidad.
No es fácil de olvidar,
Dios odia a los cobardes.
Y es duro recordar,
Dios odia a los cobardes.
Y siempre ha sido así,
siempre hasta el final.
Dios odia a los cobardes.
Y es duro recordar,
Dios odia a los cobardes.
Y siempre ha sido así,
y nada va a cambiar,
siempre hasta el final.
¿Crees que no sé que sabes que soy cobarde?
¿Crees que no sé que no sabes que eres un cobarde?
Sí, Dios odia a los cobardes.
Somos cobardes, ¿y qué?