Jeremías, pies de plomo
El cemento se hunde a su paso,
el silencio rompe en pedazos,
su ojo ve más allá del objeto ideal.
¿Quién podrá soportar su presencia?
¿quién podrá oír su voz?
sólo resta esperar que al encontrarnos
pensemos igual.
Jeremías, ya está por llegar
con su bestia emplumada de libertad.
Quiero ser de los que están de su lado
y vivir en libertad,
ya no quiero estar amordazado,
ya es tiempo de hablar.
Se acabaron las mentiras,
esto no va más,
son los pasos de Jeremías,
el que nunca vuelve atrás.
Jeremías, ya está por llegar
con su bestia emplumada de libertad.