Me levantaste del suelo,
me alimentaste con pan del cielo,
me sanaste con gran poder.
Por siempre te alabaré.
Gracias, gracias por todo lo que has hecho.
Gracias, gracias por todo lo que harás.
Gracias, gracias por todo lo que has hecho, Señor.
Gracias, gracias.
Gracias, muchas gracias.
Gracias por morir en la cruz por mí,
gracias por amarme hasta morir.
En tu libertad caminaré por siempre, Dios.