Y que hiciste del amor que me juraste
Y que has hecho de los besos que te di
Y que excusa puedes darme si fallaste
Y mataste la esperanza que hubo en mí.
Y que ingrato es el destino que me hiere
Y que absurda es la razón de mi pasión
Y que necio es este amor que no se muere
Y prefiere perdonarte tu traición.
Y pensar que en mi vida fuiste flama
Y el caudal de mi gloria fuiste tú
Y llegué a quererte con el alma
Y hoy me mata de tristeza tu aptitud.
Y a que debo dime entonces tu abandono
Y en que ruta tu promesa se perdió
Y si dices la verdad yo te perdono
Y te llevo en mi recuerdo junto a Dios.