Acompáñeme compadre, que quiero cantarle con toda mi
alma a la Virgen más bella, Acompáñeme, para agradecerle a mi excelsa patrona tanta bondad.
Como no compadre, si es la misma emoción que llevo
en mi pecho sembrada por dentro y apenas contemplo de cerca su imagen me pongo a llorar.
Y frente a su altar con un cuatro ofrendarle nuestras gaitas viejas, a
mi reina morena con toda la fuerza que el corazón nos da, y frente a su altar darle un canto que
brote cual versos y arrullos, que sienta el orgullo que hay en nuestras voces, Mi Chiquinquirá.
Acompáñeme compadre, para venerarle por guiar nuestros
hijos y toda la familia, acompáñeme que este regocijo quisiera expresarlo con toda mi fe.
Como no compadre, si es el mismo sentir de amor y
devoción que me brota del alma, tanto que al cantarle se quiebra mi voz y me rindo a sus pies,
Y frente a su altar con un cuatro ofrendarle nuestras gaitas viejas, a
mi reina morena con toda la fuerza que el corazón nos da, y frente a su altar darle un canto que
brote cual versos y arrullos, que sienta el orgullo que hay en nuestras voces, Mi Chiquinquirá.
Acompáñeme compadre, que quiero ofrendarle la flor de mi canto
frente a su santuario, Acompáñeme, para que su manto nos toque la fibra con su Bendición.
Como no compadre, si con ese fervor de
amor y religión que inculcó mi viejita, y ante su tablita ruego a nuestra madre vele por los dos.
Y frente a su altar con un cuatro ofrendarle nuestras gaitas viejas, a
mi reina morena con toda la fuerza que el corazón nos da, y frente a su altar darle un canto que
brote cual versos y arrullos, que sienta el orgullo que hay en nuestras voces, Mi Chiquinquirá.