Cotorro al gris. Una mina
ya sin chance por lo vieja
que sorprende a su garabo
en el trance de partir,
una escena a lo Melato
y entre un llanto y una queja
arrodillada ante su hombre
esto se lo oyó decir:
Me engrupiste bien debute con el cuento 'e la tristeza,
pues creí que te morías si te dejaba amurao...
Pegabas cada suspiro que hasta el papel de la pieza
se descolaba de a poco hasta quedar descolao.
Te dio por hacerte el loco y le pegaste al alpiste,
te piantaron del laburo por marmota y por sobón...
Yo también al verte enfermo empecé a ponerme triste
y entré a quererte, por sonsa, a fuerza de compasión.
Te empezó a gustar el monte y dejaste en la timba
poco a poco la vergüenza, la decencia y la moral,
como entró a escasear el vento me diste cada marimba
que me dejaste de cama con vistas al hospital...
Como quedaste en la vía y tu viejo, un pobre tano,
era chivo con los cosos pelandrunes como vos,
me pediste una ayuda y entonces te di una mano
alquilando un cotorrito en el centro pa' los dos.
Allá como a la semana me pediste pa' cigarros,
después pa' cortarte el pelo y pa' ir un rato al café;
una vez que discutimos me tiraste con los tarros,
si no los gambeteo estaba lista, lo sé...
¿Decime si yo no he sido para vos como una madre?
¿Decime si yo merezco lo que vos pensás hacer?
Bajó el bacán la cabeza y él, tan rana y tan compadre,
besándole los cabellos lloró como una mujer.