El diablo llegó a La Habana furioso hasta a las pelotas
Buscando un alma cubana para llegar a la cuota
Pues parece que el infierno se está quedando pequeño
Y pa reinventar el fuego, necesitan caribeños.
Se puso una guayabera
prendió un puro Satanás,
quería que todos creyeran
que él era un cubano más
Y comenzó a caminar
Con rumbo hacia el malecón
Cuando de pronto en aquella esquina
Algo llamó su atención.
Era Cheíto, el tresero,
Virtuoso de su instrumento
Con su traje de rumbero
Derrochando su talento.
El diablo con actitud
Y ganas de desafiarlo
Le dijo: Yo toco mejor que tu
Y estoy dispuesto a probarlo.
Si me vences te regalo
Un tres de oro macizo y diamantes
Pero si pierdes cubano
Con tu alma tengo bastante.
Cheíto confiado le dijo:
Mete mano, Lucifer, yo voy a mí, yo me arriesgo
Para ganar o para perder
Y un conjunto de demonios de pronto se apareció
Con el diablo de tresero, escúchalo como sonó…
Cheíto lo miró fijo y le dijo
tú sí que sabes tocar,
pero en la casa del trompo,
nunca se debe bailar.
Asere no te hagas el loco
y observa con interés,
para que aprendas un poco
así es que se toca el tres.
(Coro)
Oye como toca
Cheíto el tresero,
Músico cubano
Orgullo del Diezmero,
El que pone el corazón,
cada vez que suena un son,
¡toca Cheíto!
El anticristo bajó lentamente la cabeza
Y aceptando su derrota le comentó con franqueza:
Acúsame de otra cosa pero nunca de arrogante
Y le colocó en sus pies un tres de oro macizo y diamantes.
No es necesario, Consorte, eso no es lo que yo quiero, no,
sólo te pido te lleves contigo, a otro pasajero,
hazlo con mucha cautela y sin hacer tanto barullo,
llévate a ese sinvergüenza, llévate al amigo tuyo,
a ese que nos desgobierna, que nos oprime y maltrata,
al que nos cortó las alas, a esa culebra, a esa rata,
y en el momento que llegue al infierno ese cabrón desgraciado,
Ese día Satanás, ese día estamos chao.
CORO