Confieso que es muy justo y necesario
Un título ponerle a su belleza
Por eso desde ahorita la declaro
Preciosa de los pies a la cabeza
Señora de la piel de terciopelo
Estatua de marfil de alabastro
Disculpe si le digo que la quiero
La admiro, la respeto y la idolatro
Yo siempre fui un ereje consumado
Jamás había creido en lo divino
Y al ver sus ojos dije emocionado
Apiadate de mi alma padre mío
Le juro que no quiero molestarla
Pero hagame por Dios una promesa
Que alguna vez me deje acariciarla
Si quiera de los pies a la cabeza
Yo siempre fui un ereje consumado
Jamás había creido en lo divino
Y al ver sus ojos dije emocionado
Apiadate de mi alma padre mío