Estaba comiendo un taco
en ese pueblo de Tula
cuando pasó bien sentada
una muchacha en su mula.
Rápido que suelto el taco
dije buenas tardes, chula
y me contestó sonriendo:
se refiere a mí o a la mula.
Claro que le digo a usted
no sea tan rejega, chula
a menos que usted se sienta
menos chula que la mula.
Que mula tan chula,
y que chula tan mula
yo ya no regreso
para ese pueblo de Tula.
Ahora cuando miro
a cualquier muchacha
montando una mula
ya ni de relajo
digo respetuoso
buenas tardes chula.
Porque me recuerda
lo que me dijeron
una tarde en Tula
que si saludaba
a una mula chula
o a una chula mula.