Letra Copla del hijo - Quelentaro
En el vientre de tu madre te adivinaba a venir, sentía tu pataleo.
Ella, tu madre morena se asustaba de tus vuelcos, pero reia contenta.
Un día nos pilló el alba, te ibamos poniendo nombre, ninguno era tan bonito.
Yo pedía un hombresito y ella lo que viniera.
Los meses fuero pasando, y ella lo que mi Dios quiera.
Un despues se puso mala, la bajamos p'a Temuco.
Una carreta emprestada, y con tres yuntas pujando
Enfilamos pa Temuco.
Un toldo de cuatro sacos y la lluvia no mermando
con el barro hasta las corvas los bueyes estiraditos y yo embarrao picando, hasta reventar los yugos
los dolores de mi vieja los apadrinó la lluvia.
Y llegamos por la tarde, mi vieja, la lluvia y yo
en busca de tu destino hasta las puertas del pueblo
y los dejé en los hospital todo embarrao y sudando.
No querián recibirla, serian pocas razones?
o tal vez mis portaciones?, porque, luego de rogarles
y mostrarles mi enfermita la dejaron p'a observarla.
Tu madre en la sala seis se quejaba, se reía
se reía y sollozaba. yo me alejé despacito,
queriendo sentir tu llanto.
La vieron unos doctores, le pusieron inyecciones,ella miraba en silencio.
Fui cuatro veces por verla, no era día de visitas,
quería ver a mi vieja, y a la cría que naciera,
yo pedía cualquier cosa y ella, lo que mi Dios quiera.
Ya viene, ya viene ya está por nacer el niño.
Y me paseaba intranquilo, y contaba las baldosas,
los vidrios de las ventanas, los ojos fijos al suelo
y en quien abriera la puerta.
No me dejaron entrar, tampoco pude fumar, que el pasillo no es p'a eso.
Me hacia sonar los dedos, como quien saca mentiras.
Si me sonaban los diez, de fijo que era un machito
luego, me ordenaba el pelo contaba todo de nuevo,
y mi niño no nacía.
De allí asomó la enfermera de sala seis, niño muerto
no podía ser mi negra habiendo tantos doctores
no quiero muerto a mi niño! pa' eso mejor me la llevo
donde la machi o la meica, pero entre tanto doctores
no lo crean que lo vea.
Me devolví con mi negra, ojerosa mal anda', tranco al tranquito subiendo.
Pueblo maldito Temuco, que se quedó con mi niño pueblo maldito y maldito!
Mi negra rumeando penas, y suspirando a lo lejos.
No te maltratis mujer será lo que mi Dios quiera.
Y se me nubla la vista, y no puedo hallar la huella,
y no quiero que al llegar me hagan cariño los perros!
ni ver su ropita chica.
Hoy, cuando ha muerto la tarde tu llanto es silencio largo,
y se me nubla la vista, y me han picao cebollas,
taré más malo pa'l humo, que lloro con leña seca.
Será, lo que mi Dios quiera.
Un día nos pilló el alba, te ibamos poniendo nombre,
ninguno era tan bonito. Yo pedia un hombrecito
Te acuerdas negra?
Te acuerdas negra? recuerdas?...