Beber un elixir,
rodar sin más,
llegar hasta el final,
ponerme un antifaz,
para olvidar.
Vendí toda mi sed
durante años,
para conquistar
calles dormidas,
islas de ciudad.
Las voces de este hotel,
son ecos de
ecos de ayer,
restos de mi que tiemblan
por arder.
Mientras desnudo el ruido de mi mente,
saber que estas ahí
me hace más fuerte.
Y en la distancia de este mundo incierto
yo saludo a mi suerte.
Capaz de repartir las cartas
que me han traído aquí
ahora le toca a ella decidir.
Mientras desnudo el ruido de mi mente
saber que estas ahí
me hace más fuerte.
Y en la distancia de este mundo incierto
yo saludo a mi suerte.