Piden paz las filas de lo siempre igual
Piden paz las horas secas de esperar
Piden paz los huesos listos a quebrar
Piden paz las ropas que no se usan más
La vanidad
es obra de un tirano rey
que goza ser su propia ley
y tiembla de inseguridad
La caridad
nunca es bien entendida
la culpa es una herida
que infecta la intención
Piden paz los ojos rojos de perder
Piden paz los perros del amanecer
Piden paz las cosas que dijiste ayer
Piden paz los ciegos que te ven volver
La libertad
está hecha de madera
una chispa cualquiera
la puede hacer caer
No seré yo quien te haga daño
pero no estoy para ratón
Podés guardar tus zarpas
para un tonto peor
La ambigüedad
permite muchas caras
tomar partido en nada
pasar por distracción
La soledad
se ríe de las cámaras
y aplasta entre sus sábanas
la fina pretensión
Piden paz los sábados de mal de amor
Piden paz los platos y el televisor
Piden paz las letras chuecas del doctor
Piden paz los tubos del respirador
Piden paz los muros de Jerusalén
Piden paz los robos en el almacén
Piden paz las luces huecas del andén
Piden paz las caras muertas en el tren
Piden paz
Piden paz
Piden paz