Ya en los labios de tu pueblo no hay clamor
Ni en su pecho existe un corazón humilde
Ese llanto que en tu altar se derramaba
Eran muestras de su corazón sensible
Pero todo aquello ya ha quedado atrás
No hay quien haga que su espíritu se humille
No hay quien busque a mi Dios de corazón
Y le pida por favor
Que su transgresión olvide
Cuándo volveremos a cubrir
El altar de nuestro Dios con nuestro llanto
Cuándo volveremos a regar
Nuestras lágrimas como un perfume grato
Separado nuestro corazón de ti
No hay consagración y eso tú lo sabes
Es la causa que no hay llanto ni clamor
Que no hay lágrimas, Señor, en tus altares
Ya no hay tiempo para escuchar tu voz
Hoy tu pueblo se conforma en su alegría
Desechan los momentos de oración
Y las noches cuando tú nos bendecías
Ahora es tiempo de tornarnos hacia Dios
Disponer el corazón para adorarle
De mi pecho brote al fin a que clamor
Que en un tiempo se apagó
Pero que hoy ha de escucharse
Cuándo volveremos a cubrir
El altar de nuestro Dios con nuestro llanto
Cuándo volveremos a regar
Nuestras lágrimas como un perfume grato
Separado nuestro corazón de ti
No hay consagración y eso tú lo sabes
Es la causa que no hay llanto ni clamor
Que no hay lágrimas, Señor, en tus altares