¿Qué te pasa, Manuel?
¿Tú qué crees, mujer?
Hartos de trabajar
y no tenemos para comer.
Tranquilo, Manuel,
todo tiene su fin.
¿Pero cuándo, mi amor,
si la vida flaquea ante mí?
Unos la buena vida
a costa de los demás
y a nosotros en la desgracia
sólo nos queda soñar.
Sueño de mil colores
que mi alma quiere tocar,
sueños muy lejanos
que el nuevo día se llevará.
Mientras ellos sonríen,
a otros nos toca llorar
lágrimas de sangre
que desembocan en el mar.
Un mar incierto
de miseria y desilusión,
un mar cautivo
como el obrero del patrón.
Obrero, levanta tu puño emancipador
golpeando sin miedo al tirano explotador.
Obrero, despierta, no pierdas la ocasión
de escribir la historia a una nueva generación.
Hasta siempre, Manuel,
nunca te olvidaré,
flores en tu tumba
te pone tu mujer.
Tranquilo, Manuel,
todo tiene su fin,
esa porra asesina
yace junto a ti.
Lágrimas de sangre, lágrimas de sangre...
Colaboração: Matheus Andrade Pinto