Tierra mora hasta la eternidad
Olivares, el jardín de Alá,
Son murallas a tu alrededor
Y en la Alambra se oye una oración:
“Tan lejos de ti que tengo
Que echarte de menos,
Desde aquel abril no puedo olvidar tu mirada.
Me hierve la sangre,
Es casi locura desde aquel maldito abril”.
Granada,
Tu brisa mezclada en aromas de campo
Provoca mi sonrisa
Y recuerdos de un tiempo añorado.
Granada…
Aún me pierdo en la imaginación
Pero muero por volver allí y sentarme
Para contemplar un ocaso desde el Albaicín.
“Tan lejos de ti y no se me olvida tu encanto,
Desde aquel abril yo creo seguir embrujado.
Me quema la sangre.
Soy alguien distinto desde aquel maldito abril”.
Granada,
Tu brisa me sabe a jazmín y a romero
Que son como caricias
El tacto de un dulce recuerdo.
Pueblos blancos de pintura y cal,
Como oasis del desierto espejismos en la sierra.
Son fantasmas en la oscuridad
Que ciegan mis ojos al llegar el alba.
Como García Lorca, loco enamorado
Que esa tierra vio morir.
Granada,
Tu brisa de mar, río, sol y montaña,
Dejó abierta una herida de buenos momentos
Que empañan mis ojos
Al darme cuenta que sigo pensando en Granada.