Son como los vientos,
que giran y te azotan
sin darte previo aviso
Son tan caprichosos,
tan suyos en sus rumbos,
tan tercos en sus rachas
Y tú vas caminando,
abrigo en tu espalda
Son dos ojos cansados,
tristeza infinita...
Y tras la tormenta
el sol saldrá de nuevo
tan sólo algún tiempo
Diviso nubes bajas
y lluvia que no cesa
y viento que no amaina
Y tú vas caminando,
abrigo en tu espalda
Son dos ojos cansados,
tristeza infinita...