Al dolerme tu ausencia
por tu imagen suspiro
y en mis sueños te miro
como frágil visión.
Cuando beso otras bocas
yo pronuncio tu nombre
y en silencio maldigo
esta cruel tentación.
Yo no tengo la culpa
de llevarte tan dentro,
de que mi pensamiento
no se aparte de ti.
Y por eso te pido
con el alma rendida
que me quites la vida
o me digas que sí.