Llueve y el agua al canturrear
su sonata en mi balcón
trae su tristón tic tac.
Honda desesperación,
yo sentado en mi sillón,
frente al fuego lento
de la vieja estufa.
Me muero pensando en ti
y tu visión junto a mí
acompaña mi sufrir.
Que fatal melancolía
trae esta cruel melodía,
tal vez su monotonía
viene a mi vida burlándose.
Tiemblo al pensar si me mata
esta maldita sonata,
su canto es dolor, desdén,
son lágrimas de mi corazón,
Sigue la lluvia en el cristal,
repiquetea la canción
su persistente tic tac.
Dice tu nombre, mi amor,
amor, amor que perdí,
cuando tan cobarde llegó
aquella tarde la muerte
ahogando tu voz
y la lluvia igual que hoy
más volcaba su oración.