La muerte llegó viajando
en forma de montonera,
llegó cuando ya la tarde
estaba vestida de piedra,
luces que se perdían
y ennegrecían la sierra.
Setenta y seis Chacabucos formaban la guarnición,
Ignacio Carrera Pinto,
su jefe, su alma, su corazón,
la muerte estaba invitada esa tarde,
invitada a la Concepción,
desnuda está la noche,
la sierra está llorando
y una bandera en lo alto,
está por sus hijos flameando.
El tiempo se fue escurriendo,
mientras la aurora venía
y sus pechos florecieron,
en rojo vivo que ardía,
muy pocos iban quedando
en esa lenta agonía,
sus ojos miraban fieros,
llenos de rabia y dolor
y si hay que morir peleando,
que sea con gloria y honor.
A LA CARGA CHACABUCO,
la sierra se estremeció.
El sol salió cansado,
la Concepción callada,
nuestra bandera muy sola,
hecha girones flameaba.