Siempre ando a contramano,
por la calle del deseo,
y yo quisiera, primita,
comerme to lo que yo veo.
Y aunque esta noche yo acabe
robando flores,
yo no puedo olvidarme
de tus olores.
Mirando atrás, un cangrejo
busca latas pa escapar,
de las gaviotas del puerto
que son las ratas del mar.
Y allí parten petroleros
el agua por la mitad,
y suenan sus sirenas
y regalan su alquitrán.
Que lo regalan, mi niña, pa ti
que lo regalan pa mi,
que lo regalan pa to ustedes,
pa el que se quiera venir.