La dicha está volando a ras del suelo
Tentándonos, lanzándonos señuelos
Y aún así perdemos las perdices
A veces no queremos ser felices
Sabemos bien dónde esta hundido el oro
Pero si hay que nadar tras el tesoro
Somos los más cobardes aprendices
A veces no queremos ser felices
No digo que todo esté bien
Ni que no exista el dolor
Pero el que busca un empate
Sale perdedor
Algo le falta al discurso
Que vende el recurso de nunca arriesgar
¿no ven que la vida es un curso
Para un funeral?
La terquedad del mar enamorado
Se ve mejor desde el acantilado
Pero, ya ves, nos pesan las raíces
A veces no queremos ser felices
No es el dolor del salto equivocado
Es el rubor por nunca haber saltado
Lo que al final nos deja cicatrices
A veces no queremos ser felices