Pretende que soy tu padre,
tu hermano, tu abuelo, los
modos de tu amante, los
ojos de tu hijo. Tú serás
mi esposa, mi hermana, mi
madre. Te veo como vecina,
vecina del alma mía, y en
este preciso instante que
el piso se nos termina,
perdónme, pideme perdón,
tomémonos de la mano y
soltémonos, aliviémonos.
hola, adios