Estoy espiralado, sin ganas de actuar;
las manos vacías de tanto buscar.
De pronto me levanto de mi lugar
y veo la avioneta que se va a estrellar.
Estoy demasiado de tanto estar, enterado de tanto sin preguntar.
Y pasan las horas debajo del mar,
el mar de las angustias al despertar.
Veo a los súcubos sin ganas de hablar,
sostienen mi escalera y no quiero bajar.
Entonces me corro de ese lugar y no siento que haya dudas ya…
el miedo es un lugar seguro.
Estoy perdonado de tanto culpar,
las arcas vacías por nunca gastar.
Me irrita la psiquis sentarme a esperar,
esperar que todo sea como no será.
Estoy repitiendo algo familiar, algo que no digiero con un ¨ya está¨.
Estoy avivado por tanto bobear,
el rumbo bien firme de tanto dudar.
Y marca las horas un dulce tic tac;
tic tac que da esperanza o puede matar.
Entonces me levanto en mi lugar y no creo que haya dudas ya…
el miedo es un lugar seguro.