Desordenada
Desordenaba antes de equilibrar, y por si acaso, guardaba una carta.
Corría riesgos que ni te imaginas.
Cambio su alma por nada.
Lo triste seria no escuchar, tu punto de vista.
Lo triste seria no volver a ver tu sonrisa.
Dejo colgada aquella, ingenuidad que lo cuidaba de tantas verdades.
Tocaba fondo tan amenudo que no se confiaba de nadie.
Entiendo que pude ser mejor, y pago mis penas.
Es solo que a veces el dolor me corre en las venas, y vuelve.
Y vuelve.