La culpa no es mia
Una mirada es suficiente para abrir una herida mortal,
como una bala de tus ojos en mi alma.
Una palabra es suficiente para subirme y ya no aterrizar;
soy una adicta de tus besos y del roce de tu cara.
Vuelvo a ceder ante tus manos;
me pierdo sin ellas, me vuelvo un despojo;
me veo en el espejo y ya no tengo rostro;
mis ojos se velan contando las noches;
me vuelvo de piedra gritando tu nombre.
Yo no tengo la culpa de quererte así,
de que seas mi oxigeno, principio y fin.
Yo no tengo la culpa de quererte así,
de que estés en mis sueños, pensar que son ciertos;
buscar mil excusas para más encuentros;
que tu seas mi todo y llevarte tan dentro.
De tantas manías concluyo y sostengo
que el culpable serías tú.
Un movimiento es suficiente para delimitar mi existir;
logras quitarme hasta el aliento, sin quererlo me desarmas.
Vuelvo a ceder ante tus manos;
me pierdo sin ellas, me vuelvo un despojo;
me veo en el espejo y ya no tengo rostro;
mis ojos se velan contando las noches;
me vuelvo de piedra gritando tu nombre.
Yo no tengo la culpa de quererte así,
de que seas mi oxigeno, principio y fin.
Yo no tengo la culpa de quererte así,
de que estés en mis sueños, pensar que son ciertos;
buscar mil excusas para más encuentros;
que tu seas mi sangre y llevarte tan dentro.
De tantas manías concluyo y sostengo
que el culpable serías tú.