Lucero de la mañana,
préstame tu claridad
para alumbrarle los pasos
a mi amante que se va.
Si pasas algún trabajo
lejos de mi soledad
dile al lucero del alba
que te vuelva a regresar;
dile al lucero del alba
que te vualva a regresar.
Si mi querencia es el monte,
y mi fuerza un cimarrón,
cómo no quieres que cante,
cómo no quieres que cante
como canta un corazón.
Si mi querencia es el monte,
y la flor de araguaney;
cómo no quieres que tenga,
cómo no quieres que tenga,
tantas ganas de volver.
Si mi querencia es el monte,
y una punta de ganao;
cómo no quieres que sueñe,
cómo no quieres que sueñe,
con el sol de los venaos.
Lucero de la mañana...