En las alturas de las montañas
Existe un pobre rancho
Una viejita todas las tardes
Llora y suspira ahi
Triste es la vida así
Quiero mejor morir
Suenan las notas del fiel rondador
En los labios del indio
Que brinda su amor
A la dueña de su corazón
Hijo de mi alma
De mi alma hijo mio
Donde existes, no te oigo
No te veo, donde estas?
Contesta a tu viejita
Que te llama y no respondes
Al cariño de tu madre
Y a la voz del corazón
Te marchaste una mañana
Presuroso y agitado
Que volvías me dijiste
Que volvías al partir
Y no vuelves a tu casa
Ni a tu casa ni a tu madre
Que te llama, que te extraña
Que por tí se muere ya
Vuelve pronto mi adorado
Mi consuelo, mi esperanza
Que te espera
Mi angustiado corazón
Todas las tardes, junto a la puerta
Suspira y llora así, hijo de mi alma
De donde existes, vuelve prontito a mi
Más una noche noche trás lento paso
Vino la aurora así
Pálida y fría junto a la puerta
Estaba muerta ahi, ahi, ahi, ahi