Que dulce encanto tienen
tus recuerdos Merceditas,
aromada florecita
amor mío de una vez.
La conocí en el campo
allá muy lejos una tarde,
donde crecen los trigales,
provincia de Santa Fe.
Así nació nuestro querer,
con ilusión, con mucha fe,
pero no sé por qué la flor
se marchitó y muriendo fue.
Amándola con loco amor
así llegué a comprender
lo que es querer, lo que es sufrir,
porque le dí mi corazón.
Como una queja errante
la campiña va florando
el eco vago de mi canto,
recordando aquel amor.
Pero a pesar del tiempo
transcurrido, es Merceditas
la leyenda que hoy palpita
en mi nostálgica canción.