Redactamos el informe de daños
Dimos parte al seguro
De todas las heridas
Un asunto cordial
Un reparto de versos a custodia compartida
Fijamos cada recaída, los miércoles de lluvia
Que es cuando la autoestima libra por asuntos propios
Y en cada piropo una lancha salvavidas
Los reproches en números rojos
Pedimos una tregua, repusimos municiones
Nos bombardeamos con miradas
Y una carta de despido entre mis viejos pantalones
Se pierde en algún pliegue de tu cama
¿Y quién grita ahora?
Si no hay voz en esta cuerda de tender
Que se destela
Que tus nubes amenazan con llover
Y yo con arrastrarte a mi tormenta
¿Y quién avivó el carbón para esta hoguera
Quien nos destejió la primavera?
Y tus ojos como agujas de coser
Que en mis bolsillos sigue habiendo más cal que arena
Y entre dientes, las nanas que desvelan
Nos vuelven a morder
Nos hace falta más capas de pintura
Para taparnos las costuras de la piel
Pero cierta mañana la luz de la persiana
Nos tinta prescindiendo de pincel
Mientras todo se derrumba puerta afuera
Y este reino se despeina contraluz
Pregunta el corazón que tararea
Que me chirria las maderas de tu cruz
¿Y quién grita ahora?
Si no hay voz en esta cuerda de tender
Que se destela, que tus nubes amenazan con llover
Y yo con arrastrarte a mi tormenta
¿Y quién avivó el carbón para esta hoguera
Quien nos destejió la primavera?
Y tus ojos como agujas de coser
Que en mis bolsillos sigue habiendo más cal que arena
Y entre dientes, las nanas que desvelan
Nos vuelven a morder
Nos vuelven a morder
Nos vuelven a morder
Nos vuelven a morder
Nos vuelven a morder