Ay que haber estado preso,
un solo día, para saber lo que vale la libertad.
Es por eso que yo ruego, una amnistía,
para esos pobres, oh Virgen de la Caridad,
ni la suerte, ni la desgracia son perennes,
en este mundo, todo tiene que cambiar;
la amnistía, es la bendición solenne,
para las madres, para los hijos, para el hogar.
Ni la suerte ni la desgracia son perennes,
en este mundo, todo tiene que cambiar;
la amnistía, es la bendición solemne,
para las madres, para los hijos, para el hogar.
Ay que haber estado preso, un solo día, para saber,
lo que vale, la libertad.