Si la vida es un río, y tu corazón una barca,
y como el agua, cariño, nacidos para flotar.
Y si la vida un viento salvaje que sopla alto,
y tu corazón es Amelia muriéndose por volar.
El cielo no conoce fronteras,
y lo he visto en tus ojos.
Y si la vida es un bar en el que debemos esperar.
Alrededor el hombre, con sus dedos sobre el portal de mármol.
Donde cantamos hasta el amanecer de nuestros temores y destinos.
Y apilamos todas las muertes humanas en cajones clasificados.
En tus ojos un desmayo con el canto de una alondra.
Y de alguna manera, ésta negra noche,
es propicia para encender la chispa.
Cálida para encender la chispa
entre nosotros, hasta el día en
que el miedo pierda su control.
Y el cielo, tiene su manera
El cielo no conoce fronteras,
y lo he visto en tus ojos.
Si tu vida es como una cama de espinos
y tu espíritu es esclavo del látigo y las rejas del hombre,
donde tu sed y tu hambre de justicia de derechos,
y tu corazón es la llama en la noche cerrada del hombre.
En tus ojos un desmayo con el canto de una alondra.
Y de alguna manera, ésta negra noche,
es propicia para encender la chispa.
Cálida para encender la chispa
entre nosotros, hasta el día en que el miedo pierda su control.
Y el cielo, tiene su manera
Y el cielo, tiene su manera
cuando toda la voluntad está en armonía.
Y sabes que es lo que hay en nuestros corazones.
El sueño se dará cuenta.
El cielo no conoce fronteras,
y lo he visto en tus ojos.
El cielo no conoce fronteras,
y lo he visto en tus ojos.