Te tuve una noche de verano,
yo estaba muy solo, tú soñando.
Yo nada te quise confesar de mí,
tú nunca quisiste hablar de ti.
Nacieron las seis de la mañana
y un rayo de amor en mi ventana.
De pronto el recuerdo de un hogar sin calor
me hizo sentirme pecador.
Vete,
tú que eres libre como el viento
no escuches mi lamento, vete,
por favor, vete,
no mires hacia atrás.
Vete,
aunque se muera mi alegría,
aunque me seque en vida, vete,
por favor, vete,
hazlo por mí.
Lo que era deseo y aventura
se fue revistiendo de ternura,
pero una mañana puede huir de tu amor
como aquel que roba una flor.
Vete,
tú que eres libre como el viento
no escuches mi lamento, vete,
por favor, vete,
no mires hacia atrás.
Vete,
aunque se muera mi alegría,
aunque me seque en vida, vete,
por favor, vete,
hazlo por mí.
Hazlo por mí.
Hazlo por mí.
Hazlo por mí.