Fire coming out of the monkey's head
Fuego que sale de la cabeza de un mono
Érase una vez en el pie de una gran montaña,
Había una ciudad en donde vivió la gente conocida como Happyfolk.
Su misma existencia un misterio al resto del mundo,
Abscured como estaba al lado de las nubes grises.
Aquí jugaron hacia fuera sus vidas pacíficas,
Innocent de la letanía del exceso y de la violencia
Eso crecía en el mundo abajo.
Vivir en armonía con el alcohol de la montaña llamada Monkey era bastante.
Entonces un día Strangefolk llegó en la ciudad.
Vinieron en el camuflaje, ocultado detrás de los cristales oscuros,
Pero nadie los notaron: ellos solamente sombras de la sierra.
Ves, sin la verdad de los ojos, el Happyfolk estabas oculto.
Cayendo de los aviones y ocultando hacia fuera en agujeros,
Esperando la puesta del sol para venir, poblar el hogar del goin.
Saltarlo de detrás y tiraros en la cabeza,
Ahora todos que baila la danza de los muertos,
La danza de los muertos, la danza de los muertos.
A tiempo, Strangefolk encontró su manera en los altos alcances de la montaña,
Y era allí que encontraron las cuevas de la sinceridad y de dar de Unimaginable.
Por casualidad, tropezaron sobre el lugar adonde todas las buenas almas vienen reclinarse.
El Strangefolk, coveted las joyas en estas cosas de las cuevas sobretodo,
Y pronto comenzaron la mía la montaña, su costura rica que aprovisionaba de combustible el caos de su propio mundo.
Mientras tanto, abajo en la ciudad, el Happyfolk durmió agitado,
Sus sueños invadieron por las figuras vagas que cavaban lejos en sus almas.
Diaria, la gente despertaría y miraría fijamente la montaña.
¿Por qué traía oscuridad en sus vidas?
Y como el Strangefolk minó más profundo y más profundo en la montaña,
Los agujeros comenzaron a aparecer, trayendo con ellos un viento frío y amargo que enfrió la misma alma de ellos para arriba.
Por primera vez, el Happyfolk se sentía que temeroso para ellos sabía que pronto el mono pronto revolvería de su sueño profundo.
Y entonces vino un sonido.
Primer distante, creció en castrophany así que inmenso podría ser lejano oído en espacio.
No había gritos.
No había hora.
La montaña llamó a Mono había hablado.
Había solamente fuego.
Y entonces, nada.
O poca ciudad en los E.E.U.U., tu tiempo ha venido considerar
No hay nada que crees que deseas
¿Pero dónde eras cuando él todo vino abajo en mí?
¿Ahora me llamaste?