Oigo, como llama una
campana que a esta de
la mañana ya se fija en él
reloj oigo al viento que sopla
ligero y oigo el estruendoso
vuelo pasajero de un avión.
Oigo como pasa la vecina
que canta mientras camina
y a lo lejos un motor.
Con el que imaginó una
ventana que creció junto a
mi cama cuando el sueño
me venció.
Oigo un perro ladrando
distante y revoloteos
constantes de unos pájaros
que están siempre disputándose
las ramas como todas
las mañanas y anunciando
que se irán.
Oigo y lo que oigo me
rodea.
y oigo junto a mí la idea
de que tengo que salir
a ser parte de esta algarabía
que al menos por este día
todavía se deja oír.
Oigo un sin fin de ruidos
urbanos que quizás por
cotidianos nunca llaman mi
atención oigo todo lo que
siempre he oído y en la
almohada oigo el latido
de mi propio corazón.