Soñé
una mujer vendada de los ojos y
pendiendo de su mano una balanza, vi
serena, sin decirme nada,
triste, desahuciada,
se marchó.
Soñé
que abriéndome sus brazos luego regresó,
desarrapada y vuelta en llanto me besó.
Le tuve grave algunos años
y balanza en mano
luego falleció.
Entonces dos ejércitos
ondeando sus banderas
pedían guerra.
Dejaban muerte,
gente que tenía
por trinchera
una cuna, una casa, una vela.
Soñé
a la mujer en sueños nuevamente aquí,
su túnica perfecta, su balanza y
sonriente se acercó a tocarme
jurando refugiarse de su exilio
en mi país.