De nada (Vaiana)
Ya sé lo que pasa aquí:
se te hace raro la grandeza ver
y no sabes bien qué sentir; ¡adorable!
Los humanos veo que nunca cambiaréis.
Abre tus ojos, vamos ya;
sí, asúmelo: soy Mauí de verdad.
Admírame bien -qué bueno estoy-,
estás justo frente a un semidios.
Estribillo:
¿Qué puedo decir? Solo «de nada»
por el cielo, el mar y el sol.
No hay de qué, está bien, de nada;
soy sólo un tipo cachas muy normal.
¡Hey!
¿Quién levantó el cielo con su pulgar
cuándo ni caminabais?
¡El menda!
Cuándo el frío llegó,
¿quién piensas que el fuego robó?
¡Lo tienes delante!
¡Oh!
También cacé un día el sol
–de nada-
para darte luz y calor.
El viento también domé
–¡de nada!-
y así los barcos impulsé.
Estribillo:
¿Qué puedo decir? Solo «de nada»
por las islas que hice emerger
para que podáis vivir –de nada-. ¡Ja!,
supongo que esa es mi razón de ser.
¡De nada! De nada.
Bien, piénsalo un poco...
Oye, puedo seguir y seguir aún más;
puedo explicar cada cosa desde el Big Bang:
las mareas, la hierba, la tierra...
fue sólo Mauí que estaba de fiesta.
Maté una anguila, su cuerpo enterré,
un árbol brotó y ahora cocos tenéis.
¿Cuál es el punto? Aprende la lección:
ojo con Mauí si ves que está en plena acción.
Y el tapiz que he pintado en mi piel
es un mapa de lo que logré.
Míralo bien, hago que todo pase.
Mira, aquí hay un mini-Mauí bailando claqué.
Ja, ja, ja, ja, ja, ja. ¡Ey!
Estribillo:
Deja que diga otra vez «de nada» (de nada)
por crearos un mundo así.
No hay de qué, está bien, de nada (de nada).
Medítalo muy bien, te digo adiós.
Te toca a ti decir «de nada» (de nada),
pues en tu barco me voy.
Muy lejos navegaré –de nada (de nada)-,
todo menos flotar puedo hacer yo.
(De nada) De nada, (de nada) de nada...
...y gracias.