El niño está en la vereda,
esperando por el sol,
y aunque ya no habrá mañana,
siempre espera algún rayo.
La meta de la fantasía,
quiere volver a aspirar,
hasta que el sueño es pesadilla,
el día nunca más vendrá.
Después de la llegada,
de la nueva tempestad,
¡oye! tendrás tu rayo,
¡oye! como verás.
Después que la vereda,
empiece a resquebrajar,
habrán tomado conciencia,
de tanta profundidad.
Unidos por la sombra,
van todos a suplicar,
penas sobre fantasías,
que le digan la verdad.
El niño está en la vereda,
esperando por el sol,
y aunque ya no habrá mañana,
siempre espera algún rayo.
Un rayo... un rayo...
(Gracias a Ignacio Lupiz por esta letra)