Si de la tumba pudiera escaparme
estando ya muerto;
si del infierno pudiera librarme
siendo un condenado;
si de los cielos pudiera bajarme
aun siendo un santo;
lo primero que haría sin pensar
sería envolverte en mis brazos
y besarte en los labios.
Y si del cielo pudiera bajar
un puñado de estrellas
y que la mar pudiera robar
sus espumas y estelas
y que a las flores pudiera pedir
sin temor sus fracasos
lo primero que haría, sin pensar,
sería envolver esas joyas
y entregártelas todas.
Lo primero que haría, sin pensar,
si te viera en otros brazos,
pedirle a Dios que me ayude a sanar
lo que hiciste pedazos;
pues si los celos pudieran pesar
como pesan las piedras
en la balanza los míos pesarían
lo que pesan las rocas.
Te quiero tanto que pesa mi amor
sobre todas las cosas,
que lo primero que haría por amor
sería entregarte mi vida o arrancarte la tuya.
Lo primero que haría, sin pensar,
si te viera en otros brazos,
pedirle a Dios que me ayude a sanar
lo que hiciste pedazos;
pues si los celos pudieran pesar
como pesan las piedras
en la balanza los míos pesarían
lo que pesan las rocas.
Te quiero tanto que pesa mi amor
sobre todas las cosas
que lo primero que haría por amor
sería entregarte mi vida o arrancarte la tuya.