Sentía una gran soledad
el olivo del Getsetmani
y escuchaba, las voces
cerca, en la ciudad,
las cruces
que no llevaré,
hoy no tengo un Dios,
señora no marches
lejos de mi vida
que me perderé.
Hoy no tengo un Dios,
hoy no tengo un Dios,
hoy te abandoné,
hoy no tengo un Dios.
Porque tu ley aqui
no respetaré,
queda donde estés,
que en mi abismo yo,
no te buscaré,
hoy no tengo un Dios.
Sentía,
multitudes,
llegando nuevos pueblos,
encenderse banderas,
gestas inútiles, campanas
que no tocaré,
hoy no tengo un Dios.
Señora madre mía
no dejes mi vida que me moriré.
Hoy no tengo un Dios,
hoy no tengo un Dios
solo un hombre soy,
hoy no tengo un Dios.
En un vórtice
nubes que explotan
y el sol que ves caer
necesito una ayuda y no
hay más que vivir y existir,
un día, y otro día, no, yo no me rendiré.
Hoy no tengo un Dios,
hoy no tengo un Dios,
estoy muerto aqui,
hoy no tengo un Dios,
y en el amor, sí,
yo renaceré,
allá donde estés
en mi abismo yo
te reencontraré.
Mas, hoy no tengo un Dios...