No hay segunda parte en esta discusión,
lo tienes más claro que yo,
Ni siquiera puedo escuchar tu adiós,
el vacío ya lo sustituyó.
El segundo asalto hubiera sido mejor,
pero el triunfo sería de cartón.
Tanto maquillaje para el alma,
ya ves, no sirvió de nada.
Porque no hay una sola cosa de la que te arrepientas hoy.
Lo tenías todo planeado, llevándote lo justo y necesario,
vaciaste mi diario y no perdiste el tiempo en reescribir lo nuestro.
Lo tenías todo planeado, escondiendo el arma entre los labios,
no te duele hacerme daño después de siete años, perdonándonos tanto.
Fuimos tantas cosas, fuimos todo y más,
fuimos risas, gritos y ahora lágrimas.
Nos hemos mudado más de una vez,
de la cama al sofá, del sofá al edén.
Y es que no hay una sola cosa de la que me arrepienta hoy.
Lo tenías todo planeado, llevándote lo justo y necesario,
vaciaste mi diario y no perdiste el tiempo en reescribir lo nuestro.
Lo tenías todo planeado, escondiendo el arma entre los labios,
no te duele hacerme daño después de siete años, perdonándonos tanto.
Lo tenías todo planeado, llevándote lo justo y necesario,
vaciaste mi diario y no perdiste el tiempo en reescribir lo nuestro.
Lo tenías todo planeado, escondiendo el arma entre los labios,
no te duele hacerme daño después de siete años, perdonándonos tanto.