He bajado hasta el puerto y he escuchado, las sirenas de los barcos que llegaban de alta mar.
Trasatlánticos que nunca he pisado, no estás hecha para el agua si no te quieres mojar...
He aguantado en la línea de salida, hasta oír ese disparo que marcara una señal.
Pero el pánico al fracaso me detiene.
Unas veces se gana, y otras se pierde.
He mirado en el fondo de tus ojos de pupilas dilatadas, como un túnel sin salida.
Los recuerdos han quedado tan borrosos, como el barro de los charcos después de la tempestad.
Son las brasas de una llama extinguida, donde me dejé la vida intentándola avivar.
¿Para qué perder el tiempo en convencerte?
Unas veces se gana, y otras se pierde...
Las mujeres y los niños van primero: se ha iniciado el salvamento.
Capitanes que se hunden con su nave, ¿qué fué de ellos? Nadie sabe.
Y he aprendido a lamerme las heridas, renacer de mis cenizas
y volver a comenzar.
¿Para qué gastar el tiempo en convencerte?
Unas veces se gana, y otras se pierde...
y otras se pierde.
Uh, uuuh, uh, uh, uuh...