Te vi entre la bruma de los cigarrillos,
bailabas contenta sobre un leve altillo,
y vi en tu mirada tan llena de brillo,
el sitio preciso para hablar contigo.
No se si era un viernes o algún día de fiesta,
pero para mi fue la clave perfecta,
Cuando me diste una suave palabra,
mis sueños volaron llenando la nada.
Y sólo quedo algún tropiezo en la piel,
mezclado con el ron del amanecer.
Y sólo quedo alguna excusa tal vez,
oyendo tú nombre por primera vez.
Lina de noche y Lina de día,
esquiva las citas con mis fantasías,
pero alguna tarde te veré en la esquina,
por donde transita mi melancolía.
Lina de noche Lina de día,
que venga alguien y me diga,
que no eres Lina la mía.