Guíame, dentro de la máquina
el ruido es frio, la voz se apaga;
no hay signos de libertad.
La furia del mar
jamás se detiene;
detrás de sus muros
la luna me espera.
Cambio a merced de la ciudad
y el espacio que soñé se encoge.
¿Habrá caminos más allá?