No respiro con la calma
de un apacible despertar.
Apenas puedo dibujar
la inquietante tempestad,
¿qué es lo que tiñen mis manos
de tan sórdido color?
Se escapa,
me alcanza...
¿o le llevo dentro?
La voz que me guía al dormir
se deleita en convertir
la dulce miel de mis deseos
en algo tan ajeno a mí.
Visión iluminada,
no me abandonarás jamás.