Le dije: "Qué guapa eres.
Tienes dulce la mirada".
Me dijo: Esto sucede
porque estoy enamorada.
- Dime si tengo esperanza
de ganar tu corazón.
- No, señor, no espere nada,
que al estar enamorada
me han robado el corazón.
Y no pude enamorarla,
siendo la que me gustaba,
la que alegra todavía
mis sueños de madrugada.
La que pudo haberme dado
todo lo que deseaba
si la hubiera enamorado.
Pero estaba enamorada.
Le dije: "Si tú quisieras,
vivirías envidiada".
Me dijo: "Si yo pudiera
Pero estoy enamorada."
- Permíteme que te escriba,
que te hable de mi amor.
- No señor, no me lo diga,
que si hurgamos en la herida
iba a ser mucho peor.