Encarcelado
El año de 1987 sucedió.
Dicen en el pueblo que debían dictarle
encarcelamiento a perpetuidad,
porque se enteraron que amaba a una niña
de dieciséis años, qué mejor edad.
Dicen que las leyes debían sentenciarlo,
porque está casado y no la debe amar.
Y que sólo el cielo debía perdonarlo,
porque sólo el cielo lo ha visto llorar.
Él es un loco y ella una niña,
que juega a ser mujer, que juega a ser mujer.
Él es un loco y ella una niña,
culpable es de embrujar al loco aquel.
Cuando ve que la están mirando,
hace un disimulo y suspira por ella,
y él mismo le pone mil trabas a su alma,
porque sabe bien que no debe quererla.
Pero el cosquilleo que trae en el pecho
le revolotea jubiloso al verla,
y aunque sabe bien que el jardín no es suyo,
esa flor es vida y quiere tenerla.
Luego, cuando mira que todos la miran,
su amor se encabrita y se invade en celos.
Es que sabe bien que hay pájaros sueltos,
y a él le han gastado las alas sus vuelos.
Luego, de repente, regresa la calma,
y al enamorado no le importa nada,
es que ha recibido un beso en el alma,
se fundió con ella en una mirada.
Él es un loco y ella una niña,
que juega a ser mujer, que juega a ser mujer.
Él es un loco y ella una niña,
culpable es de embrujar al loco aquel.