Esos ojitos negros
que me miraban;
esa mirada extraña
que me turbaba.
Esas palabras tuyas
maravillosas,
esos besos robados
y tantas cosas.
Quién te separó de mí,
quién me robó tu querer;
lo que yo lloré por ti
nunca lo vas a saber.
No te puedo perdonar
pero no obstante
no te podré olvidar
ni un sólo instante.
Nadie, nadie sabrá jamás
cuánto te quise;
nadie, nadie comprenderá
qué nos pasó.
Aunque el mundo ría feliz
yo estaré triste
esperando el retorno
de nuestro amor